martes, 24 de enero de 2012

ETAPA FINAL

ETAPA 4: FINAL (1911-1923

  • Firma un contrato con The Hispanic Society of America Nueva York. Mural de pinturas de provincias de España
  • En los descansos Sorolla pinta más sintéticamente enfrentandose con lo fundamental. Hace como Monet- pintar sus jardines.




HISPANIC SOCIETY OF AMERICA

        El presidente de The Hispanic Society of America le encarga a Sorolla en nombre de la Sociedad un mural de 70 metros de longitud con 14 escenas diferentes que terminaron siendo en realidad la visiónde Sorolla de España y Portugal de esa época.













        Sorolla se recorre media España para reflejar sus cuadros tipos más representativos, entre los cuales no analizaré más que dos o tres y pasaré por encima unos cuantos más que fueran los más famosos o los que más me gustaran a mí.
Según mi punto de vista Sorolla comienza su trabajo con mucho entusiasmo, viajando por diversas zonas de España y realizando un sin número de apuntes y cuadros más o menos terminados, hasta que comprende que realmente esto le resta energía para seguir realizando lo que a él en realidad le gusta, lo que supone una desmotivación hacía su encargo.







Comienzo con este cuadro ya que me llama especial la atención como cuando la gente a la que pintaba Sorolla, cuando se arreglan con sus mejores galas o van con trajes típicos de su lugar y época entraba en más detalle.
Al contrario que cuando no se visten en sus mejores galas encontramos cuadros como éste:
“Vendimiando. Jerez”-1914
En el que Sorolla en actividades típicas que no requerían vestir bien plasma la despreocupación. En realidad el cuadro esta compuesto por manchas ya que Sorolla diluía el oléo en trementina para poder trabajar más rápido. Si nos acercamos podemos ver las pinceladas e incluso sin acercarnos demasiado de la brocha contra el lienzo. Aprovecho también este cuadro para señalar cómo Sorolla tenía una manera curiosa de dejar a muchos de sus personajes con solo un ojo como hemos visto en la etapa anterior con “Niños en la playa”, y también como Sorolla casi siempre acostumbra pintar a casi todas las mujeres de refilón.


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La pesca de atún”-1919


Otro de los cuadros más famosos para The Hispanic Society of New York es éste. Es de Ayamonte. A Sorolla le parecía exacto de color y construcciones por ello elige ésta región. En este cuadro surge de nuevo el blanco y el azul organizado cromáticamente, acompañado por la potencia del toldo amarillo, del cual los reflejos se extienden a través de todos los elementos. Se suma también el rojo de la sangre de los pescados y el conjunto de brochazos grandes entre los que vuelve a resaltar el brillo del blanco que tanto le gustaba a Sorolla.




“Valencia. Las Grupas”-1916
Este es un cuadro que personalmente me encanta, en especial por los colores vivos que en él encontramos. Casualmente también es uno de los preferidos de Sorolla ya que en un primer momento Sorolla quería pintar un campo de naranjos; pero un día paso por la catedral de Valencia y vio los preparativos de la procesión San Vicente Mártir. Como he dicho antes éste es el más alegre de sus cuadros en cuanto a colorido, seguramente porque esta pintando su tierra natal.











“Castilla. La fiesta del pan”-1913

Esta la he puesto ya que es una de las más famosas, y más planificada de las obras de esta exposición. Aquí mezcla todo a diferencia de las particularidades que resaltaba en los otros cuadros. Para “su” Castilla el pintor tomó modelos al natural pero terminó su obra en Madrid en su estudio.















ETAPAS DE DESCANSO Y VERDADERAS PASIONES DE SOROLLA

                Cuando el pintor se tomaba sus descansos de su duro encargo para América. Aquí era cuando Sorolla pintaba de nuevo lo que de verdad le gustaba y apasionaba. Nace también especialmente en los últimos años tras la plantación de su jardín en su casa de Madrid, lo que es hoy el Museo Sorolla, empieza a pintar sus jardines desde distintos puntos de vista. Hace pues como recordamos que hizo Monet durante sus ultimos años pintando sus puentes, estanques… Sorolla pintó tras haber conquistado todo lo que un pintor puede conquistar con su arte, una y otra vez su casa, que había construido como un refugio de paz y tranquilidad.


Voy a poner dos de los cuadros que hizo Sorolla durante sus descansos que son los que más me gustaron. 

“La bata rosa”- 1916
Es el cuadro que Sorolla decía preferir, y no cabe duda puesto que es un cuadro excepcional según mi punto de vista.
Es una composición rebosante de sensualidad dónde los cuerpos, rotundos y bien proporcionados desprenden un claro aroma clásico.
Es una sencilla escena veraniega: y una joven se despoja de su ropa mojada tras un baño en aguas mediterráneas. Sorolla nos vuelve a sorprender una vez más con el arte de captar la luz desde distintos puntos, esa captación de las transparencis y de la luz natural fuere cual fuere el momento del día.
La bañista tiene una postura de inspiración helénica. Su pelo esta delicadamente recogido sobre la nuca, su figura es voluptuosa, la túnica dejandole al descubierto sus pies, me recuerdan a las estatuas griegas de ahí ese aroma clásico que hemos mencionado anteriormente. Podemos ver por una zona de escape levemente el paisaje que tanto le gusta a nuestro pintor. Al lado de nuestra mujer hay otra que la sonríe y le ayuda a quitarse la ropa mojada sujetando en su otro brazo las ropas secas que le va a dar. Las pinceladas son gruesas y los empastes son ricos solamente el cortinaje y el fondo se perfilan con trazos más ligeros. Nos parece que de un momento a otro como el cuadro es tan vivo, la muchacha se va a girar a miarnos.




“Elena en la Cala San Vicente”- 1919


He elegido este cuadro ya que yo veraneo en Pollensa y me he recorrido esta cala muchísimas veces, y siempre es un gusto ver un sitio que conoces tanto reflejado en un cuadro con una luz tan bonita. Las pinceladas en este cuadro como podemos ver son muy sueltas y mezclando tonos por la búsqueda de la luz en sus obras.






               





 










Para terminar pondré dos o tres cuadros del Jardín de la Casa Sorolla que más me gustaron.





“Jardin Casa Sorolla”-1918
Como hemos dicho antes, Sorolla se dedica la mayor parte de sus ultimos años a pintar su jardín desde todos los ángulos distintos que pueda captar. Este me gustó en especial por el las sombras rosadas que le dan una sensación de algodón y de bien estar. Viendo estos cuadros imagino lo que Sorolla podía sentir mientras los pintaba, el escuchar el agua de las fuentes, los pajarillos piar, el sonido del viento moviendo las hojas de los árboles, el aroma de las flores. Las estatuas sin terminar dando un estilo impresionista y otorgándole más luz… Todo esto hace que se note la pasión que sentía Sorolla por su entorno hogareño.  Y con estos jardines que tenía que podemos seguir viendo en el Museo ¿quién no iba a sentirse sereno?.



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